Balada triste de trompetaDirección: Alex de la Iglesia
Año: 2010
País: España
Elenco: Carlos Areces, Antonio de la Torre, Carolina Bang, Santiago Segura, Sancho Gracia, Manuel Tejada, Manuel Tallafe, Alejandro Tejerías, Fernando Guillen Cuervo, Enrique Villen, Terele Paves, Jose Manuel Servino.
"Ya se que estoy piantao, piantao, piantao...no ves que va la luna rodando por Callao; que un corso de astronautas y niños, con un vals, me baila alrededor...¡Bailá, vení, volá!".
Balada para un loco - Astor Piazolla, Horacio Ferrer -.
Balada para un loco - Astor Piazolla, Horacio Ferrer -.
Payaso (del italiano pagliaccio), es un personaje estereotípico representado comúnmente con vestimentas extravagantes, maquillaje excesivo y pelucas llamativas. Generalmente se le asocia con un artista de circo, cuya función es hacer reír a la gente, gastar bromas, hacer piruetas y en ocasiones trucos divertidos [definición extraída de www.wikipedia.org].
Comencemos con una afirmación absolutamente particular de quien escribe y sin ánimos de ofender a ningún lector: el payaso no causa gracia ni algarabia, por lo contrario, provoca pánico y resquemor. Como si las vestimentas llamativas, las ridículas pelucas y el maquillaje delirante lejos de ocultar al ser humano que las usa lo resaltara aún más de modo grotesto, porque qué adulto en sus cabales desearía usar semejante drisfraz sino fuera para ocultar algo, y algo oscuro. Ahora bien, para rematar con desmesura esta hipótesis, ha venido Alex de la Iglesia con dos psicópatas en potencia que por tradición o fortunio encuentran en el circo el purgatorio ideal para su interior demencial y violento.
Haciendo referencia a la interpretación de Raphael de"Balada triste de trompeta" en la pelicula de 1971 Sin un adiós, De la Iglesia nos introduce en la España franquista. Durante una función de circo, sus empleados son reclutados por el Ejército Popular para enfrentar a los rebeldes. Tras el enfrentamiento, el payaso tonto (Santiago Segura) es tomado prisionero y puesto a trabajar en la construcción del Valle de los Caidos, mausoléo mortuorio construìdo al general Franco. Su hijo Javier, un niño valiente y compasivo es obligado a crecer alejado de su padre. Su niñez marchita signará el camino del pequeño que deberá abandonar la tradición familiar de payasos tontos para convertirse en el payaso triste ya que las experiencias traumáticas de su vida lo empujarán a la más profunda tristeza.
Como Bruno y Nino, los inolvidables protagonistas de Muertos de risa, la dupla fatídica se repite al estilo inconfundible del director vasco. No sólo las interpretaciones son precisas y geniales sino que además la construcción de sus personalidades son tan abrumadoras como exorbitantes. Javier (Carlos Areces), el payaso triste, carece de gracia natural y su estructura tímida y regordeta lo hace vulnerable y el motor que lo impulsa será la venganza. En la vereda de enfrente, Sergio (Antonio de la Torre), el payaso tonto, es un soberbio y violento vicioso, tan primitivo como salvaje, que confiesa que de no haber sido payaso, hubiese sido un asesino. La disputa de estos desquiciados se liquidará sólo trágicamente, como no podía ser de otra manera. El motivo de conflicto es una doncella en apuros, Mariana, la seductora y bellísima trapecista (Carolina Bang), que envuelta en una relación tormentosa con Sergio, seduce a Javier y detona una desmadrada tragedia. El amor se transformará en obsesión y llevará al trío a un final un tanto predecible pero técnicamente impecable.
El período histórico en el que se enmarcan estos eventos, funciona sólo justamente como eso, un marco en el cual insertar esta crónica. Esto puede aportarle un grado de inverisimilitud al film si se percibe como un retrato de época. Un montaje un tanto abrupto le da una cadencia especial a las imágenes y la correlación de violencia puede volverse un tanto bestial. Sin embargo, es vital reforzar la idea de que la desmesura es la arteria vital de este film y alimenta el relato de comienzo a fin. Esto parecería ser la búsqueda de su director que se ase de todo aquello que esta a su mano para lograr una coherencia dramática sin perder su sello personal, la técnica y la estética se fusionan en pos de un resultado exitoso.
En el Festival de Venecia fue galardonada con el Leon de plata a mejor guión y mejor dirección y trás su paso por el Festival de Cine Pantalla Pinamar, en breve será estrenada comercialmente.
Quien se deleite con el humor y la satirización de Alex de la Iglesia no quedará decepcionado y se dara un festín agradable. Y para quien no este familiarizado/a con su estética podrá acercarse a este tipo de películas delirantes. Y para concluir y a título personal, a quienes odiamos a los payasos, Alex de la Iglesia nos hizo amarlos!.
LD
