Imagen en movimiento

Ricciotto Canudo postuló el cine como el séptimo arte considerando que de esta manera nacía el arte total, la plástica en movimiento, el alma de la modernidad y que reunía y conciliaba en su lenguaje y expresión la dimensión plástica de la pintura, la arquitectura y la escultura y la dimensión rítmica de la danza, la música y la poesía. Otros más tarde, cuando ya había cumplido sus primeros 100 años de vida, sencillamente dijeron que era luz. Nuestro universo esta constituido en gran parte por él y nos resulta una herramienta fundamental en la comunicación e incluso una forma de conocimiento. Por esto y por mucho más el cine (Kina) es, fue y será una pasión que nos construye en muchos aspectos día a día y esta pasión es la que nos reúne en este espacio de crítica y análisis.



Simpatía por el diablo

Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo
Dirección y guión: Mariano Cohn, Gastón Duprat
País: Argentina
Duración: 80 min
Año: 2011
Elenco: Eusebio Poncela, Emilio Disi, Darío Lopilato, Alberto Laiseca, Daniel Araóz, Emma Rivera, Pascual Condito, Diego Bliffeld.



"He estado en el infierno y he vuelto. Y déjame decirte: fue maravilloso".
Louise Burgeios



Una propuesta obvia encabeza este relato: un millón de dólares a cambio de vivir 10 años del pasado pero con la cabeza actual. A primera vista, tamaña oferta no resulta nada despreciable, parece un trabajo sencillo y sin grandes riesgos. Aquí es donde arranca esta comedia sin gran vuelo pero con momentos humorísticos eficaces.

En la localidad de Olavarría un caballero se dispone a almorzar con su mujer cuando recibe la visita de un forastero de marcada tonada española que le tira la propuesta en la cara. Luego de una breve dubitación, se embarca en un viaje al pasado. Enmarcada en cierto ámbito de costumbrismo argento y con un personaje central, Ernesto Zambrana, algo patético, desagradable y melancólico, nos desplazamos por el tiempo cual Marty McFLy pero sin su famoso DeLorean. En este juego de realidades paralelas se define la personalidad de Ernesto, cuya esencia permanece intacta y aún la repetición de ciclos vitales no le generan ni un cambio ni un progreso significativo, solo leves mejoras momentáneas o catastróficas situaciones que cambian rotundamente su presente. Encarnado en el bebé que fué, deberá padecer los diez años de condena que el contrato con el "diablo" había estipulado y solo así logrará disfrutar de la recompensa.
Tomando algunos hitos históricos como el surgimiento de los reality show televisivos, el ataque a las Torres Gemelas y el masivo hit "Let it be" de John Lennon, se construyen los pasados y presentes de esta cniróca cuya moraleja ulterior se resume en que "el dinero no cambia a las personas, solo las mejora exteriormente, por un rato por lo menos".

La intervención de Laiseca nos plantea una figura interesante y un recurso algo sagaz. Se postula como el narrador no necesaria o explícitamente en off, como solemos estar acostumbrados, sino que se lo presenta como parte interviniente del filme, como narrador y creador de esta historia de la cual se apropia. Cigarrillo en mano, bigote extra large teñido por la nicotina y voz ronca son los rasgos típicos de este escritor, que acentuados por primeros planos, intervienen una y otra vez en momentos decisivos del relato, en introducciones de acciones o simplemente en aclaraciones de los personajes.

Cierto espíritu simplista y un leve dejo de genialidad permanece intacto en el dúo Cohn-Duprat que nos deleitaron con El artista y El hombre de al lado. Sin tantas gamas de gracia y agudeza, este relato de Laiseca se entrega en formato de largometraje encarnando una comedia costumbrista y por momentos algo bizarra que se deja ver con facilidad y simpatía.

LD

Querida, voy a comprar cigarrilos y vuelvo - Trailer