Imagen en movimiento

Ricciotto Canudo postuló el cine como el séptimo arte considerando que de esta manera nacía el arte total, la plástica en movimiento, el alma de la modernidad y que reunía y conciliaba en su lenguaje y expresión la dimensión plástica de la pintura, la arquitectura y la escultura y la dimensión rítmica de la danza, la música y la poesía. Otros más tarde, cuando ya había cumplido sus primeros 100 años de vida, sencillamente dijeron que era luz. Nuestro universo esta constituido en gran parte por él y nos resulta una herramienta fundamental en la comunicación e incluso una forma de conocimiento. Por esto y por mucho más el cine (Kina) es, fue y será una pasión que nos construye en muchos aspectos día a día y esta pasión es la que nos reúne en este espacio de crítica y análisis.



El reality del nazismo


El hundimiento
Dirección: Oliver Hirschbiegel
País: Alemania, Italia, Austria
Año: 2004
Duración: 155 min.
Reparto: Bruno Ganz, Alexandra Maria Lara, Ulrich Matthes, Corinna Harfouch, Christian Berkel, Juliane Köhler, Thomas Kretschmann Heino 



Con la premisa "sabemos de lo que estamos hablando", nos encontramos nuevamente frente a un largometraje que recoge la temática del nazismo y sus fantasmas. En esta oportunidad el relato se entrega en primera persona, el actor Bruno Ganz se calza el traje de Adolfo Hitler y recorre los últimos días del general alemán.

Con una puesta en escena que nos recuerda a los realities televisivos, nos sumergimos en la decadencia absoluta y así como la casa de Gran Hermano alberga a participantes ignotos, el bunker alemán aloja a algunos cobardes. Travellings y planos generales nos dan un vistazo general sobre el lugar donde el silencio y la frialdad, tanto del sitio como de quienes lo habitan crean unn clima tedioso. Allí todos aguardan, alargan lo que serán sus últimos días pero aquí el encierro prolongado no promete un premio millonario como en el juego televisivo sino que se les ofrece como un último momento de redención. Tal redención será solo inflingida por ellos mismos porque ni el pueblo ni la historia podrá perdonar ni olvidar semejantes atrocidades. Una vez más, este abordaje se vuelve algo aburrido y un tanto inverosímil, no porque no asimilemos esos sentimientos o padecimientos finales sino porque su tratamiento parece algo forzado y artificial.

Continuemos entonces indagando más allá de lo obvio, de lo que se nos presenta a primera vista. Pecando de ingenuos, podríamos decir que la polémica figura de Hitler es representada en el film como un dictador venido en desgracia que vencido por los infortunios de la vida y de la guerra se retira a "cuarteles de invierno" aceptando su derrota. Esta mirada sobre semejante figura, tan polémica como detestada, nos deja insatisfechos y plantea una simplificación extrema. Aquí el problema no esta planteado desde el punto de vista de "humanizar" a Hitler. El filósofo Juan Pablo Feinmann, en tanto a dicha película, subrayó que Hitler fue un hombre tramado por la historia y el totalitarismo que llevo adelante fue apoyado por miles de intereses. Criticar la condición humana del estratega alemán sería caer en el error de separar lo bueno y lo malo y lo moral o inmoral, intrínseco a cualquier persona.

Esta película no puede ni debe pasar desapercibida. Fue galardonada en varios festivales y ha recibido el Oscar a mejor película extranjera en el año 2005. De todas formas, estos laureles no logran ocultar los abismos imperdonables en que cae este relato. El director alemán Win Wenders (Paris, Texas, Las alas del deseo, Tan lejos, tan cerca), ha criticado duramente El hundimiento haciendo hincapié en "una neutralidad chata de esta película que da rabia". Coincidimos en este punto con Wenders en cuanto a que la búsqueda de neutralidad sobre estas temáticas no solo no son posibles sino que plantean una falencia importante en el resultado final.

Un logro de El hundimiento ha sido la recreación del espíritu claustrofóbico que encarna el bunker y el encierro. Pero peca de ambiciosa y extraordinaria cuando ella misma muestra una y otra vez sus propias falencias tanto ideológicas como narrativas.

LD

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